Os voy a contar una bella historia de amor.
Comienza con dos jóvenes que por las maravillosas casualidades de la vida se conocen, la verdad es que poco saben el uno del otro, pero apenas se conocen y sienten que es un flechazo, algo que no pueden parar, que son tal para cual.
Pero de por medio tienen varios problemas, la mayoría de ellos debidos a amistades que no están conformes con su decisión. Pese a todo, ellos siguen, dejan todo de lado, se quedan solos, porque creen que es para toda la vida, que nada ni nadie les va a separar jamás.
Lo que un día no se esperaba aquel muchacho es que todas las preferencias de ella cambiarían. Antes lo primero era él, luego todo lo demás y vio como ese puesto se iba relevando hasta ocupar la última plaza de aquella lista que parecía no tener final.
El problema es que para él las preferencias eran imposibles de cambiar, demasiado tarde decía él, estaba tan enamorado que era incapaz de mirar con sus propios ojos, de hablar con su boca, de caminar con sus propias piernas.
La sentía tan adentro, la necesitaba, la quería tanto que vio como todo aquello por lo que un día lucharon contra viento y marea se iba ahogando sin que tubería solución.
A pesar de todo, él intentaba buscar soluciones, echar un salvavidas a aquella historia, pero cada día veía más claro que aquello ya se lo había tragado el mar, que del fondo jamás lo iba a poder sacar.
Finalmente, un día ella puso punto y final, acabo con la historia que parecía no tener final, viendo como aquel pobre chico se quedaba solo, hundido, tirado en una cuneta como un perro al que un día abandonaron sus dueños, únicamente con el recuerdo que todo aquello que un día había sido.
Esa es la primera historia de amor de un chico que el único error que al parecer cometió fue querer con pasión, con locura y desenfreno, aprovechando el presente al máximo como si no hubiera un mañana por vivir.
El amor es un peligroso arma de doble filo, que tiene la capacidad de crear momentos mágicos, momentos que te sientes increíble, capaz de hacer cualquier cosa, como si nadie te pudiera parar.
Pero a su vez también te puede arrebatar todo, dejarte vació por dentro, sin ningún tipo de futuro, amarrado a la amargura de no saber por qué luchar, perdiendo la referencia por la que seguir adelante.
El amor es así, ¿Pero quién no se ha enamorado por primera vez?
