Nadie sabe como he estado, nadie sabe como lo he pasado. Solo, sin apoyos, vació tanto por dentro como por fuera, sin saber a donde ir ni a quién acudir. Perdido en un mundo extraño, totalmente desconocido para mí.
Sin dinero, sin apenas para comer, así me he encontrado yo. Todo eso que poseo ahora nadie me a lo ha regalado, he tenido que luchar contra viento y marea para conseguirlo, y es que ya no vivo en casa de papa y mamá. Esa casa donde todo es muy fácil, donde el famoso comentario de; «a los 18 me voy de casa«, es fácil decir.
Y es que no es tan fácil empezar de cero, sin dinero, sin gente conocida, sin saber por donde empezar.
Con todo esto que escribo no quiero decir que sea complicado, porque yo lo estoy consiguiendo, ni que tampoco sea una gran proeza, porque no es imposible salir adelante. Solo pido que esa frase que tan orgullosamente decimos y que tanta risa provoca en nuestros seres queridos, se piense con un poquito de cabeza.
Porque es muy fácil abrir la nevera y encontrar para comer.
Porque es sencillo abrir el cajón y encontrar toda la ropa limpia y ordenada.
Porque es maravilloso tener un cálido hogar donde vivir.
Yo fui el primero que decía que todo iba a ser sencillo, que todo funcionaria sobre ruedas, pero no, te das cuenta de que las cosas no son tan fáciles como pensabas, que todos aquellos consejos aparentemente estúpidos que tu madre te daba en realidad sí servían para algo.
Cuando te veas solo y mires al frente y lo único que veas sea oscuridad, párate a pensar y di que con todo y con eso vas a avanzar. Por muy complicado que las cosas se pongan, piensa que mañana el sol saldrá, que tu vida en un momento de felicidad se puede llenar.
Lucha por todo eso por lo que sueñas. El futuro no está escrito, todo lo puedes cambiar.
No mires atrás, de nada te arrepientas y sobre todo no dejes de soñar.
