Y este es mi rincón de sueños, mi lugar de fantasía, donde cierro los ojos y mi mundo entero cambia. Donde soy lo que quiero ser. Este es mi corazón, donde expreso lo que siento, donde escribo como me encuentro.
Mi espacio de libertad, un lugar en el cual las normas no se rigen por leyes sino por sentimientos, donde el delito no es castigado con la cárcel sino con la eterna soledad, donde el valor únicamente lo ponen las acciones humanas y no el dinero.
Es un rincón alejado de la sociedad actual, un universo paralelo que no distingue del bien y del mal. Una utopía en la cual las normas se piensan con el corazón y no con la cabeza, donde para caminar adelante no hace falta tener los ojos abiertos, sino guiarte por tu propio interior.
Este es mi santuario de relajación, mi karma, un remoto espacio al cual acudo diariamente para relajarme, para auto descubrirme, para intentar ser un poquito mejor de lo que era ayer.
Y desde la terraza de mi casa veo la sociedad girar, mirar y descubrir el sentido que siguen las personas, los objetivos por los que la mayoría se mueven.
Desde mi ubicación con vistas al mar, donde cierro los ojos, respiro profundamente y escucho la brisa del mar.
