Hoy estoy aquí, ha miles de kilómetros de allí, preguntándome que me impulsa a seguir, saber por qué me levanto y lucho cada mañana.
Hoy estoy feliz, a tres mil kilómetros de allí, sabiendo que el cambio ha sido para mejor, que todos y cada uno de los momentos vividos serán esos que me cambien y formen como persona.
Escogí el buen camino y espero que el destino vea en mí a un simple chico que lucha por sus sueños, un jovenzuelo de mirada perdida en busca de un futuro lleno de mágicos sueños.
Hoy estoy alegre, luchando contra eso que me puede, intentando que mi ilusión y mis ganas no mermen todo el trabajo ya realizado, que el pasado no me persiga para no volver a caer.
Hoy estoy sin ti, viendo que es lo mejor para mí, que mi vida ha cambiado, que lo que ya no quiero es estar a tu lado.
Hoy estoy, mañana no sé donde estaré, únicamente sé que mi futuro es más claro si tú no estas. El cielo es más azul y las nubes desaparecen. Lo siento por ti, no supiste ver en mí eso que yo intentaba transmitirte cada despertar: Amor, cariño, alegría y mil y un momentos de felicidad.
No te condenarán a muerte por un amor fallido, si en el intento das todo tu ser, todo lo que tienes dentro para que eso funcione.
No morirás de soledad si la relación que tienes se rompe, porque siempre habrá alguien más que sepa valorar eso que la otra persona no valoraba.
La verdad es que yo también me asusté un montón.
¿Y si me hace daño?
¿Y si me abandona?
¿Y si muere?
Eso sería mi fin.
Así que decidí cortar, antes de que pudiera hacerme nada. Fue el mayor error que yo he cometido. Y no quiero que tú cometas el mismo error. En el amor debes arriesgar, eso no significa que no vaya a herirte, pero te garantizo algo, ningún dolor que sientas será jamás comparable a la pena de darle la espalda al amor. No huyas.
