Ya basta de mentiras, ya basta de tonterías.
Pensando, buscando, intentando encontrar una solución a las cosas y todo vuelve a ser igual.
Cambio todo para empezar de cero, me voy lejos, huyo como un cobarde y la situación no cambia.
¿Qué tengo que hacer para ser aquel chico feliz que un día fui?
Tengo que dejar de mentirme a mí mismo.
Son tantas las preguntas que me rodean la cabeza diariamente. Menos preguntar y más solucionar, sentir que soy útil, que mi estancia aquí sirve de algo, encontrar ese motivo para vivir.
Tú y solo tú eres la responsable. Me quitaste lo poco que quedaba de mí como si de nada se tratase. Me tiraste a la cuneta de un arcén y sin pensártelo dos veces te diste la vuelta y no te volví a ver. Me sentí como un perro, hundido, destrozado, completamente desorientado en un mundo en el que yo no sabía vivir.
Todo para mí era nuevo. Antes, cada mañana, me despertaba sabiendo que estabas conmigo, que tú me protegías y que nada malo me podía pasar, pero ahora, estoy indefenso, solo, sin ese escudo que tu cariño me proporcionabas.
Me prometiste un cielo lleno de gloria y ahora me encuentro en el infierno con miles de historias. Un montón de historias que tú me hiciste creer. Pensé que lo nuestro era eterno, que la sinceridad con la que tú me decías «te quiero» era verdad, pero estaba equivocado.
Ahora tengo que pararme a pensar, empezar a tener las cosas claras y dejarme de torturar.
Creer que un amor es eterno, si estás enamorado, es lo más bello del mundo. Sentir que la persona con la que lo compartes todo es la correcta, si estás enamorado, es lo más lindo. Si estás enamorado, puedes ser capas de cualquier cosa.
El amor es lo más impresionante del mundo.
Película: «El diario de Noah»:
– Lo siento, quería que esto fuera perfecto, y no me puedo callar.
– Te quiero, ¿Lo sabías?
– Yo también te quiero.
– No tienes que hacerlo si no estás segura.
– No, no, quiero hacerlo de verdad.
