Hoy quedamos por primera vez, y no sabía como ibas a reaccionar. No sé, me sentía nervioso, pero a la vez muy ilusionado.
Nos pusimos el uno frente al otro y al mirarte a la cara me vi reflejado en tus ojos, cosa que hacía mucho que no veía. Ese brillo que me hizo suspirar, que me hizo pensar en nuestra complicidad.
Yo no era de imaginar muchas cosas, pero cuando te conocí, aprendí que al compartir eso que tenía dentro y juntos sentía que éramos invencibles.
Porque me rio con tu risa, me contagio de tu alegría, me gusta como eres y como soy yo cuando estoy contigo.
Que más puedo pedir. Te doy las gracias por darme la oportunidad, te doy las gracias por devolverle la ilusión a este humilde chico.
Siento que todo esto no acaba más que de empezar. Únicamente, cuento los segundos para volver a estar contigo.
