En ti he encontrado ese apoyo que necesitaba, ese empujón para dar un paso más, una pequeña distancia que me separe de aquel oscuro camino y me haga salir a la claridad. Sin darme cuenta has ido entrando poco a poco por mi cuerpo; empezando por abajo hasta llegar a mi corazón y mi mente, y ahora que ya estás dentro, no te puedo sacar, de mí no te puedo separar.
Sé que no te puedo pedir nada y jamás lo haré, pero tú para mí eres ese resplandor de alegría, ese foco de ilusión y esperanza, en el que me quiero reflejar día a día. Consigues que pueda avanzar sin girarme para ver todo lo que un día me hizo mal.
Verte a ti me recuerda a como era antes, un niño lleno de garra y fuerza para tirar adelante y con una vitalidad y unas ganas de vivir impresionantes, pero que un día perdió al dejar de ser quien era.
Y yo, ese chico sencillo con ganas de mundo, sueña con que no quieras separarnos y que aunque sea en amistad, a tu lado quiero estar porque sé que lo nuestro es especial.
Con un solo gesto sabes como me siento, con una sola mirada sabes como me encuentro y es qué no ha hecho falta mucho tiempo para darme cuenta de que eres una bella persona, que me cuida, me protege y a cada segundo sabe lo que necesito. Gracias porque minuto a minuto logras que tenga más seguridad en mí mismo, porque consigues en mí cosas que ni yo mismo sabía.
No es una declaración de amor, solo son unas estúpidas palabras que describen como me siento cuando estoy contigo, me he abierto a ti, para jamás cerrarte la puerta.
Por todo eso que me das, te estoy agradecido y mucho más.
